Se presentó, en la mayoría de las economías, un entorno de bajas tasas de interés, lo que ha ayudado a fortalecer la demanda de crédito a la vivienda, en un momento de incertidumbre. Por ejemplo, las tasas de interés fijas para créditos hipotecarios a 30 años en Estados Unidos registraron mínimos históricos, por debajo del 3.0 por ciento.
En México, el Bono M a 10 años, que es el referente del costo de dinero para las hipotecas, estuvo, en 2020, abajo del 6.0 por ciento, uno de sus menores niveles observados. El comportamiento de esta tasa, en conjunto con una morosidad controlada y la fuerte competencia entre los bancos, ha permitido observar tasas de interés fijas a 20 años, debajo del 8.0 por ciento, las cuales son las más bajas en las dos últimas décadas, lo que ha impulsado la demanda por vivienda y la portabilidad hipotecaria.



